Del vizconde de Watling a la marquesa de Merteuil a 9 de julio de 2009 en el palacio de Libreros:
No puedo sino afirmar, que las noticias, cuando llegan, llegan de golpe. En este aspecto, pareceme que ahora todos tienen prisa, cosa que me resulta harto inexplicable. Aunque, en verdad, siempre podemos echar la culpa o la gracia, al puro magnetismo (de Yves Saint Laurent) del cual a veces permitome la vanidad de hacer gala.
No yéndome por los cerdos de Übeda, le informo con mucho gusto de las últimas nuevas en mi entorno acontecidas y que no hacen sino corroborar esa gran teoría, la del Eterno Retorno, que de nuevo se posa sobre mi pluma.
Sin embargo, en parte ha de felicitarme por mi puro magnetismo inspirado cómo no, por lo que hace una cara bonita. Bien lo sabe, la muy esposa mía. No soy nadie, para contradecir su palabra, ya nos conoce. Volviendo al punto de mira, le comento que vía eléctrica correspondencia, recibo un mensaje de alguien que, posiblemente en búsqueda de piso se encuentra y que antes no había dirigido palabras sino de indiferencia y pereza hacia mi persona. Pero, como Vd. bien conoce, Cronos siempre pone todos a su sitio; y en este caso en el sitio de vuelta ya que todos vuelven. Pero la vuelta no se viste de tonos tan inocentes como la de encontrar o no, una alcoba en mi palacio. No. Vístese, de un disfraz “juguetón” por no pecar de falta de sutileza y deposita en mí la pregunta de si escaseo de todo tipo de productos de la parafarmacia de Eros. No sé, en qué desembocará sus pretensiones y simplezas… Le prometo mantenerla informada.
Sin embargo, en lo extraoficial, parece ser que este no es el único que sea su “benefactor” y he de confesarle que tímida y torpemente se acerca de vez en cuando lo que quizás sea un monstruo en el futuro. Hablando de monstruos, ¿sabe Vd. algo de lo que pasó con el proyecto de D.?
Ah, y he oído cierta rumorología, de buena tinta, afirmando que el monstruo que ya creé, diríjase a extender su sexualidad por Madrid a partir del curso siguiente. Mas tanto mi fuente como yo pensamos que la ciudad le superará, él mismo se fue de sus manos… y se le irá la ciudad también. Todo por decirlo en un tono suave, ya me entiende.
Ay querida amiga, aunque el sol hoy se encuentre con las estrellas, yo necesito de su baño bronceador en las orillas. A pesar de encontrarme aún en la seca meseta, admito que me trata como me merezco. De hecho, he tenido la suerte y el talento de haberme sido una pequeña investigación propuesta. Una auténtica pena, que me falten unos miligramos de formación. Pero paciencia y saliva…
Vaya, he de dejarle, una visita me requiere. Ya sabe que la adoro y que, tengo el honor, el gusto y el orgullo de ser…
PD: Muérome por hacerle una análisis retrosintético de mis adquisiciones en el mundo textil.
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