Los frutos frustrados de Cristina Garmendia

No habiéndome dejado impactar demasiado por las noticias acontecidas durante esta semana de hedonismo diario, totalmente descomprometido con las realidades académicas, políticas o económicas; ya es hora de reelaborar toda la información que tenía pendiente.

Y en lo que concierne a este post, ya llevaba cotejando alguna que otra noticia al respecto. Pero ha sido el Facebook de un amigo quien me pone de manifiesto, citando una noticia de “El País” lo que me lleva a escribir esto.

En ese artículo, se hace referencia a un editorial de la revista “Nature” en la que se culpa a Garmendia, por su falta de experiencia política, los malos presupuestos del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Y es cierto, que Cristina tiene poca experiencia en este ámbito, pero tiene la visión completamente empresarial y por tanto económica/práctica de la Ciencia, y a la que no se le saca partido. De hecho, que yo sepa, Garmendia no es militante del PSOE, y fue ZP quien se acercó a ella a hacerle propuestas en algún tipo de acto. Esto honra a nuestro presidente, en el sentido de buscar para esta cartera, alguien potencialmente competente. Competente en el sentido de poder enfocar la ciencia y la tecnología, sabiendo lo que es de primera línea, como base de un nuevo cambio económico. Y de esto, Garmendia sabe bastante, pues tiene más de una empresa del sector.

Y es que esta es una de las pocas bazas con las que puede jugar este país, después del desplome del sector inmobiliario, la dependencia energética y la poca industria que tenemos. Además, este sector es clave y diferenciador entre países de primera y el resto de filas. Desde luego, es una gran pena cortar las alas al ave cuando ya estaba despegando a buen ritmo. Y cortarlas en ese instante puede resultar en un accidente grave, y de lenta recuperación.

Las circunstancias son totalmente desfavorables, y por mucho que la ministra hubiera querido, y ha querido; los recortes son los recortes. Lo que sí es totalmente reseñable es que sea el Ministerio más despuntado en este asunto y aquí hay que criticar al gobierno de poco audaz y de precipitarse por lo demasiado inmediato.

Las crisis son momentos de cambio, ¿por qué esa oposición al mismo?

Volviendo a las frutos frustrados de Cristina, tenemos el proyecto de excelencia que tenía ligado a la Universidad. Supongo que Gabilondo también llevará a cabo esta política, pero al menos, aparentemente es mucho más discreta.

De hecho, a la de Ciencia e Innovación se le veía más implicada públicamente con estos hechos y con ciertos compromisos; del Gabilondo no he visto aún muchas propuestas.

Pero tanto se mojó ella, pues claridad y dinamismo no le falta (o no le faltaba), que su visión positiva del proceso de Bolonia hizo que le desvincularan de la relación directa con la Universidad.

Grave error, la Universidad es uno de los grandes órganos productores de Ciencia, pero que sigue anticuada con la política de “publicar, publicar y publicar”. Garmendia, desde mi punto de vista, la hubiera orientado al lazo con la empresa. Y es que como dijo un científico: “En España hay mucha publicación, pero poca patente”. De donde se desprende el gran potencial que estamos desperdiciando.

Sin ir mal lejos, ¡no habrá laboratorios ensimismados en bautizar nuevas moléculas para tenerlas simplemente en un tarro, cual nuevo altar! Pérdida de dinero y talento que yo diría. Y ya, personalmente, con tanta universidad medio vacía y con una desproporción entre profesores/alumnos, siendo el denominador el término cada vez menos dominante… una Universidad de prestigio, de peso y contundente, es poco posible. Ahí lo dejo a vuestra reflexión.

De nuevo el gran tema del cutrerío imperante en esta sociedad.

Pero después de tanto pesimismo, cabe unos rayitos de luz, pues al menos, de manera simbólica fui testigo de este acercamiento Empresa-Universidad, por parte de la Universidad de Salamanca. Desconozco si es algo nuevo o no, pero desde que llevo estudiando aquí, no he visto esta propuesta.

Si bien, en mi facultad una empresa farmacéutica fue la que pronunció que debería haber más transferencia de conocimientos entre las diferentes instituciones interesadas, (pues la Universidad también está interesada en el capital, como la Empresa en el conocimiento) aunque al final, faltaba un poco más de hincapié. En cualquier caso, este gesto simbólico, me alegró un poco la visión de este asunto en los últimos tiempos.