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He aquí un elemento diferencial del espacio-tiempo que trata absolutamente de nada. Pero donde no hay nada, tiene lugar de todo, aunque todo no valga. Dediquemonos con delicadas o extravoltaicas formas de aristocracia: no hay nada más democrático que el placer.

martes, 6 de julio de 2010

Euterpe y la persistencia de los 80’s: “Night Work” de Scissor Sisters

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¿Quién dijo que los 80’s estaban muertos? ¿Quién dijo que si no estás en los 90, estás out? Yo aún no lo tengo claro, aunque lo cierto es que en general, como postulados de cultura contemporánea, me aburren. En fin, puestos a definir y etiquetar, estaremos en 1990 o 90 y poco. O sea, la transición inter-década.

Porque a pesar de que haya quien reivindique la revisitación 90ntera, (lady Ga, por ejemplo); hay quien es fans, así en plural, de la Persistencia del Tiempo (véase Goldfrapp o la new wave británica (La Roux, Frankmusik, etc)) y siguen anclados a los 80. Sonidos que se van a ir derritiendo poco a poco colgados de viejas ramas.

Empieza la música a toda velocidad, ¿estamos viendo Flash Dance? Le quedaría genial. Igual de ideal que le viene a la voz de la voz cantante de las hermanas tijereta el sonido 80ntero. Cierto es que el falsete es más 70ntero, pero si ahora extrapolamos los 90 a los 10, por qué no los 70 a los 80.

La apertura no puede enganchar más, apoteósica, ¿quién se sube a la barra? ¿quién no se está conteniendo por tirarse de rodillas a la pista de baile?

Tras tanta taquicardia (recordad: ser espabilá y fumar, produce doble taquicardia) un poco de calma coqueta con “Whole new way” para introducir algo más dramático con una carga mucho más discotequera in crescendo: “Fire with Fire”.

Pero vamos, que si lo que ahora tienes que hacer es maquillarte, peinarte, hacerte el tupé o hacer uso del gel fijador: ponte “Any which way”. Pista perfecta para la lista spotify “vístete y vete ya” de unos amigos míos.

¿Scissor sisters o Bee Gees?

Y otra vuelta de tuerca, de los 70 a los 80, esta vez con un sonido más sucio, más guitarrero en “harder you get”.

La cosa parece que va tornillos y ferretería, porque otra vuelta más tenemos al pasar de pista. Precisamente a esta, pero con el especificativo de “de baile”, nos remite “Running Out”.

Sin embargo, “Something like This” es la que se alza como un combustible perfecto para quemar un dancefloor desplegado en baldosas luminiscentes bajo esferas especulares girando a las reminiscencias del synth-pop más ochentero. El juego de falsetes, contrastes con la altura de los sonidos y ¿vocoders? la hacen toda una reivindicación.

“Skin this Cat” se presenta con voz de mujer en clave bastante seductora. Se antoja la más experimental y voluptuosa de la colección. No descuida, por otra parte, el concepto del disco; sobre todo con esa imaginería que nos transportan a cualquier strip-club de algún callejón mugriento de NY.

Sin embrgo, otra que también va de pieles, “Skin Tight”, no tiene tanta capacidad seductora, ni la fuerza de la que precede.

“Sex and Violence” es sin duda la mejor canción del álbum y la que quizás mejor lo resuma.  Entre sonidos sintéticos, algunos con reminiscencias de video-juego se eleva una voz distante, narrativa y casi tenebrosa que nos va sumergiendo en la historia. Tras unos versos parlantes de ceniceros y pistas de bailes que van in crescendo, la canción estalla en su demoledor y dramático estribillo. Estribillo que encierra toda una tragedia. Con un final a modo de coro, no se puede pensar sino en tragedia griega. Master Piece.

Para dar un aparente respiro, tenemos “Nightlife” que parece más ligerita pero que mantiene la línea dramática, casi de musical en el estribillo, de la anterior.

Para cerrar el ciclo, la teatral, también con coros incluidos, “Invisible light” es la encargada. En cuerpo es bastante arrastrada, con un sonido bastante sucio, de última hora, de olor a alcohol y de últimos destellos de lucidez de la noche, apenas visibles. Ahí es donde se eleva ese clarividente estribillo. Y de ahí al after y a un sonido más dance-house de 3.13 a 3.53. Demos paso pues a la artillería pesada de las primeras pinceladas del alba más decadente. El tecno se va abriendo paso para jugar con los 80. El nivel de alcoholemia sube, sube y se vuelve asfixiante hasta que la luz invisible te supera, se dispersa, se te escapa y… caes. Un escalón, una cama, o un coma etílico. Sólo queda el recuerdo de un vago sonido de la noche anterior.

Si el disco en sí no es nada especial en cuanto a novedoso se refiere, la producción es más que buena por no decir la fantástica recreación sonora y conceptual que han esculpido las hermanas tijereta. Quizás por esta mezcla sea tan satisfactorio.

No esperabamos menos si con mucha elegancia y clase mezclas lo más bailable, luminoso y hedonista de los 80 con su cara más oscura: el tenebrismo, la seducción de las sombras, el dramatismo y la decadencia.

Con todo esto se echa en falta algo innovador, pero no nos importa porque los 80 no le pueden sentar mejor a la voz de Jake Shears, del mismo modo que el pop-dance a la de Kylie. En cualquier caso ambos amigos precen que se han puesto de acuerdo para dirigirse a la pista de baile.

7,8

Como curiosidad, Facebook ha censurado la carátula del CD y el grupo está abierto a las posibilidades de sus fans en su página web para la nueva carátula.

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