Hace pocos días que se ha publicado el nuevo número de la revista V, que dedica un especial a la moda de baño y tenía a su público expectante. Lo cual no es de extrañar, y no es precisamente por “la moda” que prevén , si no por las fotos en sí, auténticos cristales de Zwarosky al alcance de todos.
Fotos llenas de sensualidad, tanto por la pose como por la ligereza de ropa, pero lo que más llama la atención es la gran carga pop que contienen. Lo cual podemos ver por la inclusión de iconos, símbolos por excelencia de la corriente. Y es que no hay nada más icónico, divertido y despreocupado que una Naomi Campbell vestida y multiplicada por mil, de conejito de Playboy. ¡Dos orejitas de coneja, nunca fueron de tan buen gusto! porque pop… siempre fue estética.
Una estética con base poliédrica, flasheando frescor, atrevimiento, color… un carpe diem muy actualizado. Pues bien es sabido que su piedra angular es el hedonismo de la despreocupación y por ende, es intrínsecamente “nihilista, y qué”. Sí, el “y qué” es quizás la frase más pop y nihilista que se haya dicho nunca y no es apta para pre-comprometidos. La estética siempre ha estado más allá del bien y del mal…
La moda siempre ha estado entonces muy ligada al pop, pues la moda en sí, tenga o no más contenido que la estética, tiene por última instancia el placer. Por tanto, moda y pop siempre están fluyendo, mezclando y retroalimentandose.
En la siguiente foto, también perteneciente a V magazine, vemos como la moda de la mano de la fotografía se retroalimenta de la bebida pop por antonomasia, por mucho que pese, la coca cola. Ya desde antes de Andy Warhol con las pin-up, estaba predestinada a serlo. Esta vez la fotografía de moda la versiona en una fantabulosa sugerencia de un eros contemporáneo bajo la forma de Noah Mills.
Y para despreocupación por la realidad y del realismo, he aquí otra instantánea con un guiño muy dadá y con vapores felinos que producen una transformación hipnóticamente divina.
Ya lo decía una atrevida Cristina Rodríguez, si quieres un collar de cucharas, ¿por qué no?. Nunca un elemento tan popular podría ser un complemento tan de diseño, personal y low-cost. Por tanto, la próxima vez que salga con un espejo a modo de macrocollar… no espero otra cosa sino provocar espejismos.
Todo es susceptible de ser reinventado, y si le añadimos el toque a lo enfant terrible, un poco de descaro, etc. Podemos hacer del barroquismo de una mantilla, un destroyer sombrero para cualquier femme fatale que se precie… porque para la mayoría de los mortales, los cánones pop son fatales.
¿Qué queréis?, todos no están preparados.
Hermana del barroquismo es la voluptuosidad y la magnificencia con los derroches. Derroche en volumen, en sensualidad, en provocación, a la altura de unas trepidantes piernas…
Pero no toda la sensualidad se basa en lo ostentoso, los gestos tiran grandes flechas…
Otra de las constantes de estas constantes reinvenciones en el mismo estilo es el color.
En cuanto al rock, siempre ha estado haciéndonos buenos cortejos…
Y para los detractores, también se puede demostrar, que lo pop también puede tener conteido. Si no, que se lo digan a esta chica, que parece buscar la armonía con el entorno y consigo misma cubriéndose con un aura. Aura verde que parece evadirla de cualquier tensión externa…
Pero… en cualquier caso, las fotos de moda… siempre fueron pop…
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