Corre, Lola, corre!! Es lo que me decía cuando ya llegaba tarde y por ende perderme el comienzo de una delicada delicia. Amigos recogiéronme y precipitámosnos Madame D’Azur et moi hacia el patio vecino.
Con la Universidad como anfitriona del evento con su “los reyes a la Universidad y la Universidad a los reyes” que tomaba otra dimensión bajo el prisma del acontecimiento; y la baja asistencia, hacían del concierto un momento intimista casi mágico.
Allí estaban Boat Beam con sus múltiples cuerdas y la voz angelical de Josephine. Talento exento de ostentosidad dispuesto a tocar el chello, la viola (?), la guitarra y las teclas, pero también a hacerlo a alguna de nuestros hilos sensibles. El hecho de estar sentado al suelo, humanizaba un poco más a este pueblo bastante ortopedizado en sus poses; amplificando el efecto de Boat Beam.
Aunque fuimos pocos los que tuvimos el regalo de poder oirlas, eso no fue ningún inconveniente. Estos momentos sólo hay que permitírselos a una sensibilidad aristocrática.
Se notaba la compenetración personal y musical de los componentes, la humanidad que transpiraban sus melodías. No se pedía menos, conociendo las odiseas de Josephine, que no podía ser más encantadora, con su acento al hablar español. Muy tierna cuando nos decía que se vendrían a oír a las CocoRosie y a conocer a la gente que estaba por allí. Además de que “eran poppies”. Delicia
Justo cuando terminaron, la calma y quietud intimista se rompía abruptamente. Todo el mundo de pie y nerviosa por las un poco más mainstream CocoRosie. Fantásticas también.
En el concierto descubrí lo que no había oído de su último disco. Disco que está mucho mejor de lo que se esperaba tras oir el anterior.
Fieles a sí mismas, al arpa, a los juguetitos y con la compañía de su habitual beat-box, capaz de redimensionar sus canciones en algo bastante más rítmico. Como de las anteriores, de la técnica no tenemos pega, aunque Bianca estaba un poco seria, todo lo contrario que Sierra que estaba muy contenta y feliz con su actuación.
El repertorio, nada mal, aunque se echó de menos los clásicos de las hermanas. Claro que después de 4 discos, imagínome que estarán un poco cansadas de la obsesión por sus grandes éxitos.
Aprovecho pues para comentar, que Grey Oceans en los mismos tonos intimistas de sus discos anteriores, sobre todo La Maison de mon Rêve y Noah’s Ark, se adentran a zonas más oscuras, donde el piano toma un papel de relevancia, sobre todo en aquellas composiciones de referencias a otras épocas…
Por supuesto, en cuanto a “escenografía” y vestuario, también muy fieles a sí mismas. Y es que el lo-fi combinado con el Paint, como bien demuestra la carátula de su CD, hicieron taaaaaaaaaaaanto daño.
En cualquier caso fantásticas, sobre todo cuando el público las convenció para que tocaran un bis. Sierra hasta ya había empezado a quitarse sus pseudo-túnica.
Aquí os dejo un vídeo de la organización, del concierto:
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