Bienvenus, wellcome, bienvenidos, benvinguts:
He aquí un elemento diferencial del espacio-tiempo que trata absolutamente de nada. Pero donde no hay nada, tiene lugar de todo, aunque todo no valga. Dediquemonos con delicadas o extravoltaicas formas de aristocracia: no hay nada más democrático que el placer.

jueves, 3 de junio de 2010

Fonometraje: “All the Lovers” de Kylie Minogue

kylieaphrodite

Magna decepción pude llevarme cuando los míos ojos clariveían tan buena idea para tales imágenes bailando por “regalo” de Cronos. Y digo magna y digo decepción a causa de que aparente ser dirigido por la batuta de Penía.

Ideas que queriendo ser blancas y frescas se esbozan con velos grisáceos y desaturantes de pureza ante las pupilas. Ideas que se dibujan con torpeza que en consecuencia se esculpe en pretensión. Ideas que no se pintan de azul y blanco.

Los movimiento son torpes y la armonía de los cuerpos enlazados se rompe. Sánex los bailaría con más ligereza.

La desaturación pudo ser un buen pincel, pero no bajo la orbe del gris que ensucia la concepción y los símbolos. Los símbolos se ensucian y algunos incluso están fuera de lugar, rozando lo estridente. ¿Qué clase de Elefante de aspectos de peluche es ese? ¿Y la colomb? Y no hablo del momento ombra y oscuridad que desvirtúan aún más las intenciones.

Médem hubiera jugado muchísimo mejor con la luz (véase “Lucía y el Sexo”)

Hermes quiere portar el mensaje de Afrodita, de armonía, belleza y paz. Pero la caligrafía de Joseph Khan, director de la obra visual, no es nada excelente. Caligrafía que ha borrado su propio intento de modelar erotismo, quedándose en tinta de indiferencia.

Y puesto que Euterpe no nos ha regalado su opinión… he aquí la mía propia. Juicios, prejuicios y postjuicios, si queréis, de lo que veo en esta canción desde las perspectivas auditivas.

Extrañamente, tras el asedio hiperafilado del electropop de tinturas más funkies por fin los pulmones podemos relajar y respirar tranquilos tal y como Minogue nos invita. Por fin, una pausa fresca, veraniega, vespertina y de olor a Vernel entre tanto agresopop internacional.

El bordado musical ha quedado de tipo muselina: ligera, casi transparente, al mismo tiempo que níveo. Hilos idóneos para la futura epifanía de lo que será Afrodita (Aphrodite), su venidero elepé. Túnica de adecuada elección para la presentación. Tiene la suavidad vocal de Kylie, el perfume corpóreo del pop sin pretensiones y respiros naïf.

Ante esta circunstancia, no puedo sino dudar si se tratará de Afrodita o Atenea aliada con Euterpe. Un soplo de inteligencia en las estratagemas electropópicas para la evasión de la Esparta internacional. De ese locus de metales fríos, ruidosos y sobreproducidos con ansiógena hiperritmia.

Fruto  absolutamente carnoso en melodía con sonidos metaolímpicos y artificialmente globulares. Sonidos muy de la constelación de Kish Mauve estudiados también, bajo el telescopio de Stuart Price.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya sabes que eres libre para comentar...