Bienvenus, wellcome, bienvenidos, benvinguts:
He aquí un elemento diferencial del espacio-tiempo que trata absolutamente de nada. Pero donde no hay nada, tiene lugar de todo, aunque todo no valga. Dediquemonos con delicadas o extravoltaicas formas de aristocracia: no hay nada más democrático que el placer.

viernes, 16 de octubre de 2009

Sobre el “catetismo”, la pulsación de Eros y la de Tánatos

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Bien es sabido como ya propuse en su día en un Teoremas y Teorías, que la belleza asusta. Pero como toda ley, presenta desviaciones de la idealidad y en el caso de la pasada noche, tal fue la desconcentración que provoqué que acabó en términos violentos. Atracción fatal que dirían otros.

Y es que claro, de la falta de sentido común y del estético unido a la ignorancia, no puede nacer otro ser, sino el cutrerío y la vulgaridad. Facciones deformes y de cejas muy espesas, tan espesas que no puede ver más allá de sus cerdas.

Es el punto, en el que vuelvo a reivindicar la fuerza de la estética, y no me remito al plano meramente visual. Simplezas fuera. El problema es que hay gente que es incapaz de irradiar un poco de aura o incluso ser bautizada con ella, por generosidad de los otros. Y aquí es donde hay que ponerse absolutamente aristocrático: todo el mundo no está a la misma altura, todo el mundo no está a mi altura.

Volviendo a los hechos, no se puede esperar más de algo que se te acerca presentándose a las chicas como “soy tu menstruación” con una sabana con pintura rojo. Y no sólo eso, sino que es el momento en el que la belleza enerva, y nubla demasiado la vista para ser tratada con justicia. Mediocritat cultural. Y tal destello de Dios, cegó y superó al pagano. Ana Locking y un lazo, sobredosis de buen gusto, que terminó en una resaca de “hacer la gracia”. Entonces se dirigió a dios y blasfemó: “también soy la tuya”. Pero el sentido estético se dota de la agilidad verbal y de las artes locuaces * y con la rapidez de Hermes corrige: “en cualquier caso, serás mi eyaculación”. Touché.

En definitiva, que tras pasar por varios bares que, ni siquiera llegaban a la categoría de “antros” pues estos tienen más personalidad y más clase, llegamos a uno donde percaté cierta atmósfera de negatividad. Así, híceselo saber a una de mis acompañantes.

Acto seguido, noto una patada poco más abajo de mi cadera. oriento la mirada en búsqueda del insensato y veo a un chico, que me resultaba familiar. Inmediatamente señala con el dedo a su compañera, cediéndole todo el peso de la responsabilidad.

Lluvia de halcones sobre su persona, hasta que sus flechas hicieron que la mártir cayera y abandonara el local, con cierto disimulo e incluso cierta dignidad. Dignidad de la que en el fondo era merecedora pues las moscas de la culpa hicieron confesar a aquél ser buscando el perdón expiatorio judeocristiano. Nada de ello encontró, yo no soy aquel dios.

Por supuesto, la cobardía de la vergüenza, censuró los motivos por los cuales había cometido aquella desfachatez apuntando: “se me fue la cabeza, pero perdona tío”. Por supuesto, disculpas no aceptadas.

Y es que ante hechos tan gratuitos y esperanzas tan gratuitas, donde la gente se cree que todo vale, y todo no vale; sólo cabe la respuesta original inesperada del rechazo, sobre todo ante la falta de elegancia. Falta de elegancia, al acusar a su propia amiga. Cutrerío. O como diría el marqués de Vichy: “no sólo es antiestético, sino antihigiénico".

Pero claro, cuando la belleza desprecia la fealdad cuando esta se piensa con ciertos derechos de privilegiados estetas, siendo un gran autoengaño, sólo puede dar paso a la justa decepción y falsa indignación.

De esta simiente germina lo que Freud denominaría la pulsación de Tánatos, habiendo sido cortada, cohibida, castrada toda intención de Eros.

Y es aquí donde entra en juego otro Teoremas y Teorías, que no es sino otra reformulación del Principio de la Conservación de la Energía: “Toda tenssion, es interconvertible con una sexual tenssion, y viceversa”; y como diría mi esposa “out tenssions!”. Esto es lo que le ocurrió a nuestra criatura y de nuevo acumuló tensiones que no pudo acabar de otra manera sino en cierto descontrol agresivo muy tanatiano.

Así que, de nuevo nos encontramos al susodicho en un bar que revelaba y confirmaba la cierta atracción que sentía hacia para mi persona y que sin duda, no pudo ser sino la causa de tantas tenssions y tanto conflicto en la suya.

Claro que, no pudo soportar el comentario: “uy, si estás aquí…” que desembocó un ataque a mi buen gusto estilístico sin razón alguna. De nuevo: hay gente taaaaaaan cateta. A la par, mientras su amiga no paraba de escandalizarse con mi lazo mientras su cabello parecía una refinería de petróleo, otra de mis acompañantes recibe intentos de agresión por parte de ese personaje que os pongo por ejemplo. Claro que tantas injusticias debía ser invertida de alguna manera, y esta vez, el pueblo nos ayudó arrojando y despreciando fuera del local aquellos mamarrachos.

¿Conclusiones? Ninguna nueva, que Salamanca no me merece y me aburre tremendamente y que hay cierta gente demasiado embrutecida, verdulera y cutre. Hay taaaaaaaaanto que instruir, pero a veces, si os digo la verdad, la mierda también tiene que existir.

2 comentarios:

  1. Jajajajaja

    tus textos me absorben desde el principio hasta el final!!

    además me siento tan identificado... tal y como lo cuentas, pero lo mío ya te lo contaré más detenidamente porque tiene un matiz ligeramente distinto

    muaks!

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  2. yes we can, dicen a gritos algunos. pero can de perro. ante ellos, bozales para perros y castraciones químicas.

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