Bienvenus, wellcome, bienvenidos, benvinguts:
He aquí un elemento diferencial del espacio-tiempo que trata absolutamente de nada. Pero donde no hay nada, tiene lugar de todo, aunque todo no valga. Dediquemonos con delicadas o extravoltaicas formas de aristocracia: no hay nada más democrático que el placer.

miércoles, 9 de junio de 2010

Fonometraje: “Alejandro” de Lady Gaga

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Ya Casandra lo dijo, y ninguno le hicisteis caso: ya sólo faltaba que Miss Gaga colaborara con Klein, o más bien lo contrario, para que el neobarroquismo se eleve a la enésima potencia.

Con esto, también voy confluyendo en la idea de que Lady G. es más audiovisual que una artista visual. Y sí, he de reconocer que sus méritos van confluyendo de forma cada vez más evidente al mundo del arte, concretamente yo la enmarcaría en la de la performance; ya que musicalmente… no me dice demasiado.

En cualquier caso, sabia elección en cuanto a dirección para su nuevo vídeo, “Alejandro”.

Klein no decepciona, y plasma (cual citosol) su estética en el vídeo, de nada más y nada menos que 8 minutos. Tendencia al corto por parte de Gaga, aunque ya de ante mano, manifiesto que esta ráfaga de imágenes es más de índole estético que narrativo, que tampoco se descuida. Sin embargo, la proporción es menor que en los vídeos anteriores.

La fotonarrativa dinámica se abre en tonos muy de los óleos de Klein: azules, negro y blancos. Frialdad metálica militarizada en contraste con la carnalidad de unos labios rojos. Tan carnales que son evocadores de fluidos hemapoyéticos.

Comitiva real en pigméntos de cuervo retratan el desfile de una marcha fúnebre, de nuevo en oposición con el visceral corazón que porta la viuda, mientras imágenes evocativas a lo Pierre&Gilles (más oscuros) de ¿Alejandro? se proyectan en el alma atormentada de Gaga.

Desde ese momento, flor de luto barroco, el más intestinalmente andaluz con lágrimas de mantilla, la señora de Gaga será arrastrada por los ríos de la frialdad, la deshumanización y la frigidez.

Steven videografía de nuevo una escena muy de su imaginería: la del poder. Queen latex Gaga ahora es la poseedora de los tronos militares. Resembla una Dama de Hierro. Fuma el placer y tranquilidad del poder observando su séquito, que no es sino recuerdo de Alejandro. Los observa, aunque se disuelva mirando y sólo vea el vacío.

La reina alienada esconde su pesadez entre monóculos y su única muestra de vitalidad se reducen al carmín de las sanguijuelas.

Espacios de horizontes olvidados, de horizontalidad opresiva.

La pérdida es devastadora aunque no se quiera sangrar de forma explícita y la corriente de frialdad, alienación y trombosis de dolor retiran a Lady Gaga al convento. Huida ineficaz a la sombra negra, azul y metalizada de Alejandro. Rechazo que produce cien partos de frigidez. Suplicas, ruegos y rezos hasta la humillación  con cánticos: “don’t call my name, don’t call my name… Alejandro”.

Precipitación en una arritmia por la engullida del Rosario, como intento desesperado del olvido.

Klein desatiende a Santa Teresa rezadora y recupera la imaginería Madonnnia; incluso la que él mismo creó para una diosa de los transterrenales orientes. Gaga se contorsiona en las vísceras de la cama de “The Beast Within” como transpiración de la fuerza de la carne y del deseo.

Las imágenes son medievalistas, de razgos muy germánicos, de frescos,  que sólo favorecen a la novicia. Dudas y evocaciones militares también nos traen los caballos de sus cabellos.

La caballería hipersexual se inspira en un Rafa Méndez, en su embajada más clásica: ropa interior y tacones. Látigos.

Caballería que casi aplasta entre miles de lomos, vientres y cascos la fragilidad de la religiosa dada su pasividad.

La imagen de la sacudida del foso instintivo revierte cruces y acarician niveles sexuales de retinol grotesco.

MIra atrás, y los ojos alcanzaron los 90: el blanco y negro, la campana y pantalones de tiro alto. La grabación en flashes ralentizados de luz e incluso la coreografía tienen la reinvención de Madonna. Identificaciones coreográficas vogue-ianas y unos conos neobarroquizados al futurismo más militar.

Tras una arquitectura coreográfica con tácticas de sitiar a la que debe rendirse y vomitar las vísceras de la represión, el vídeoclip se remodela en un vídeo típico  para la proyección durante un concierto.

Sucesión de imágenes superpuestas de… ¿guerra? ¿odio? Y una meditación al micro sobre si esto ha desembocado en los fuegos internos que la lanzan a la hoguera. En aquellos fuegos viscosos y putrefactos por los intentos post-traumáticos del forzar una impasividad, una deshumanización e insensibilidad epitelial velada en religiosidad.

Finalmente Gaga desboca ante una inminente devoración de la vorágine viril (de pasajes muy a lo Human Nature) y saca a la Beast within.  Por fin ha sangrado, ha abortado, ha superado la muerte de Alejandro.

O no… la imagen final, resembla a una gran autoridad consumida, quizás en ella misma. Una muerte extática y quizás también histérica, en los tonos más etimológicos. Una muerte custodiada, una custodia por alguna clase de ángel de la guardia… ¿Alejandro?

En cuanto a Klein, en particular, se le puede felicitar por ser fiel a sí mismo y mostrar derroches estéticos en la línea de sus trabajos fotográficos: poder, humo, dualismo muerte/erotismo, pequeñas reminiscencias místicas y una fotografía bastante (estática) fríamente observadora, pero que rezuma mensaje. Colores densos, viscosos, oscuros y opresivos .

Las delicias visuales tienen punto álgido cuando la imagen se relaciona más con la fotografía como soporte estático, que como vídeo como contraposición dinámica.

Por eso, puede parecer que ciertas coreografías y movimientos de cámara sean extraños a Klein… pero es totalmente necesario. Es un vídeo y además musical. El ritmo debe hacer acto de presencia.

Gaga, por su parte, audaz y clarividente se ha reído de las comparaciones con la Reina, incluso ha utilizado a uno de sus cercanos, en el sentido artístico (S. Klein) . Como diría la Marquesa de Merteuil… “¿Quieres guerra? ¡Pues guerra!”

8,4

 

Y parece que la canción favorita de Gaga es aquella de los tintes más 90-eros.

Musicalmente hablando, la electrónica melódica y suave es bastante seductora, sobre todo con las escuchas. Porque lo cierto es que si el tinte es noventero, el peine es retro-kisch. Tanto como las reminiscencias latinas de las canciones pro-veraniegas de las que se perfuma. Reminiscencias que no se quedan en que la mTV la declare canción del verano, que en el estribillo y en casi toda la composición no paren de repetirse nombres latinos…, sino que también se distinguen en la intro a modo de melodrama violonado a lo telenovela. Reinvención in extremis.

Además, vuelvo a hacer referencia a lo anterior, al vídeo: Si pensamos detenidamente, la idea de culebrón lo ha llevado, lo ha remodelado en él.

Aquí podríamos citar el tantísimo daño que ha hecho la re-invención como estrategema por parte de Madonna. De todas formas, esto es falaz. Que el resto del mundo se-reinvente o reinvente, no quiere decir que la inspiración sea Madonniana. No.

Aprovecho por otra parte para recomendar con creces el remix de The Sound of Arrows, también muy melo-melancólico. Pero aquí, hay un punto sobre el que me debo prounciar. ¿En este remix, también se hacen referencias a la Virgen Madonna? ¿No entran ganas de cantar “ladies with an attitude // fellas that were in the mood” en algunos fragmentos del mix?

En cualquier caso, el toque petardo (musical) con buena elaboración y con una clara intencionalidad, es lo que Miss Gaga pretendía. No le ha quedado mal. Menos mal y bastante bien le ha quedado el vídeo, menos petardo y mucho más serio.

Canción: 6,8

3 comentarios:

  1. mierda! no quería decir madona monjil sino gaga monjil OBVIAMENTE!! xD

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  2. Telita lo que te da para comentar 8 minutos de video eh!! xD

    yo no estoy muy versado en estas cosas de la moda y las gagas y demás.. tu lo sabes pero quería aportar mi granito y decir que el momento ataque/violación de todos los maromos a la madona monjil me recordó poderosamente a la escena de Pesadilla en Elm Street 5 donde se explica el origen de Freddy Krueger (su madre que era monja fue violada por cien locos del manicomio cuando ésta se quedó encerrada por error con ellos todo un fin de semana). xD

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  3. si es que la Gaga es un monstruo voraz que se alimenta de tooooooooodo lo anterior

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