Bienvenus, wellcome, bienvenidos, benvinguts:
He aquí un elemento diferencial del espacio-tiempo que trata absolutamente de nada. Pero donde no hay nada, tiene lugar de todo, aunque todo no valga. Dediquemonos con delicadas o extravoltaicas formas de aristocracia: no hay nada más democrático que el placer.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Noche Dadá: incursión en pijama

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Una pesada y plomiza noche se acercaba de forma impalpable y quizás, por eso, asumida con cierta naturalidad. Claro que, hoy en día, la artificialidad está subestimada.

En definitiva, mi persona estaba decidida a hacer algo por este país y disponerse a manuscribir un informe de laboratorio que por malhumores y caprichos de cierto profesorado, se tenía que entregar exigentemente esta mañana. ¿Qué ocurre cuando la vida se circunscribe a círculos mucho más pequeños de los expectados? Pues sencillamente: Es el nucleolo  de una autoarquitectura que asciende de forma exponencial a las alturas más góticamente desafiantes, con el vitalismo de las curvas, de las elipses oleadas más voluptuosas, capaz de liberar las más mezquinas ligaduras.

Idea puramente metaconsciente que se iba dilatando en el plano de la consciencia como un fotonazo que excitaba mi estado vibracional.

Siguiendo con las obligaciones, Miss J. vino con la idea de acompañar a su compañera de trabajo en pijama, que es como se encontraba.

Claro, esto fue otro fotonazo para mi estado ya parcialmente excitado y seguramente una serie de reacciones bioquímica en alguna parte de mi cerebro, con chispazos empezaron a elevar ciertas ideas y ciertas perversiones o travesuras para lo que al “Deber” se refiere. Lazos aún restrictores, pero con una tensión comparable a la del ciclopropano, a punto de romperse.

Et voilà, la articulación perfecta para acabar la obra: “Clavel 8” llegó a mis oídos como torrente de fotones que producirían la transición electrónica produciendo un radical altamente reactivo que daría lugar a un impulso vitalista, detonando con la luz cegadora y arrasadora del nihilismo. Perfumes de frivolidad, que de vez en cuando hay que permitirse. Hay que respirar.

Y claro, si otras veces usamos Puro Magnetismo de Yves Saint Laurent, ahora vamos a dar paso, gracias a la virtud de la versatilidad, a la esencia Dadá.

Absurdismo, sin sentido, risas automáticas, nihilismo, pruvocación…

Las palabras de Miss J. habían surgido efecto y decidimos presentarnos en el Clavel 8, bar de indudable gente… moderna!!! en pijama. Este es el modo por el cual cambio mis hábitos de vizconde por algo mucho más ligero, de un pop en clave surrealista, y para no mentir muy kitsch. Así, me atavié con los del “artista” o los del mecenas que, como tal, no sólo favorece al (neo)barroquismo, sino también al Dadá. O quizás, a la auto-obra.

Así que cómodo y confortable pijama cubierto con una cálida bata fue la espectacular apuesta de la noche. Con la tirada de la basura incluida. Y acompañando a M. por la calle somos asaltados por objeto de publicidad: flyers para el Kandavia, o como se escriba, no me importa.

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- Pero, ¿tú crees, que nos dejarán entrar?

- Pero… ¿váis en pijama? – no dio crédito (de libre elección) la pobre; que no se había percatado, del atuendo por excelencia de la noche.

- Sí     ¿?

- what the fuck…?

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Pues nada, una temperatura perfecta por la Rua camino a la Plz Mayor y tras dos besos de cada uno de mis compañeros de vivienda, incluido los míos nos encaminamos a sacar papeles de colores.

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Dejando miradas indiscretas nos adentramos, con una aparición tan natural como el que anda por su casa, en el bar de objeto… Clavel 8. Y aquí, el dadaísmo derivó en surrealismo, cuando una emporrada no paraba de repetir una novatada que había visto tiempo ha, tras confundirnos con novatos. Claramente le dejamos muy claro nuestra veteranía.

Pero si todo estaba bastante tranquilo, muy aún a nuestro pesar e incursión, decidimos abandonar el local. Claro que aún teníamos los flyers y cómo dije anteriormente: ¿par qué no probar? Miss J. que estaba derrochadora no pudo más que afirmar y A. por supuesto, se unió sin mucho titubeo.

Temiéndonos lo peor, decidimos optar por la diplomacia y educación, otras olvidadas:

-¿Podríamos entrar?

- Sí, pero con una condición… –y aquí me temí lo peor, una consumición obligada o algo así- ¿por qué se os ha ocurrido salir así?

- Pues estábamos haciendo un trabajo, estando cómodos, y nos ha dado por darnos una vuelta a tomarnos un algo.

Y así entramos, no dando crédito (esta vez troncal) en la discoteca.

Inmediatamente acaparamos la atención de argentinos, de fotos, de fotos e incluso de algún que otro psicópata, cuya persona fetiche aún no sabíamos cual era. Y por supuesto, bombardeo de la misma pregunta: “por qué…”

Total, que pensé que la base de la esencia dadaísta también tenía de puro magnetismo, porque al fin y al cabo, aquello se fue llenando como la espuma y nuestro éxito fue tremendo.

Nada más allá de la realidad cuando nos retiramos de la pista de baile para reivindicar las plataformas al son de Celebration. Ahí sí que satisficimos a nuestro club de fans, que no se contentó con una sola foto. Y es que en la plataforma estaba a la altura que me correspondía, por encima del bien y del mal. De la situación y de los extrañados. Diversión aristocrática que se diría.

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Claro, que como todos vuelven, yo también volví a la pista de baile, donde avisté detrás de la plataforma, la chica que mejor bailaba del local. Gente así, pro-supermujer que se me antojaba bastante destroyer… es la que me merece. ¿Alguien dudaba de que le iba a hablar?

No me equivocaba, todo un monstro o al menos, en potencia. Estudiante de doctorado de derecho, que se lanza al mercado sola y afirma no subirse a la plataforma, porque necesitaba espacio y no estaba dispuesta a ser zarandeada por “la plebe” (esto interpreto yo). Y claro, a la chica tampoco le apetecía que se inundase el dancefloor con la baba de más de uno. Un acto muy práctico, sensato y sobre todo auténtico. Ella simplemente quería pasárselo pipa y lo estaba consiguiendo… Se podría decir que la doctoranda pertenece a la gente… moderna!!!! De hecho, (y creo que sin tener constancia de la proximidad de halloween), tenía planeado lo que yo llamo una “noche temática” para el jueves… en plan mamarracha. No quiero dejar de encontrármela. Yo en mi caso, ya estoy preparando la Mascarada pro-halloweeniana gracias a las manos del marqués de Vichí.

Total, que ya habíamos retrasado la hora bruja 4 horas más de lo debido, así que ya teníamos nuestras dosis vitalista y hedonista del día. Motor impulsor del buen humor por supuesto. Bueno, excepto cuando por la mañana me tuve que levantar para acabar el dichoso informe…

Finalmente, pido disculpa por la mala calidad de las fotos, pero mi tarjeta de memoria se estropeó y había pocas fotos que echar y donde elegir. Por no decir del móvil-cámara de Miss J. que nunca somos capaces de recuperarlas. Pero, en cualquier caso, no siempre se puede poner uno exquisito, (incluso para las fotos) y es que hablando en términos más lingüistas, hay que saber cambiar de registro… ¡Y estaba claro cual era el de la noche!

3 comentarios:

  1. Rentame tu pijama y te invito a dormir conmigo

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  2. Jajaja!!! muy bueno,si señor...has logrado arrancarme una sonrisa y como podrás comprobar ya he entrado por propia voluntad a tu nihilimopop.bolgspot!!

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